Para graduarse de hombre de hierro hay que completar 3.800 metros de natación; 180 kilómetros de ciclismo y 42 más del maratón final en un tiempo total inferior a diecisiete horas. Todo aquel que enfrentó el reto de la máxima distancia, vivió en carne propia que el desafío comienza mucho antes de pararse enfundado en neoprene en la línea de largada. Se trata de un camino que se recorre los meses previos de entrenamiento, tal como el mexicano Jaime Roberto Balderas experimenta actualmente enfocado en cruzar la meta del Triatlón IronMan Cozumel 2010. Lector de Eldepornauta.com en tierras aztecas, contó sus vivencias en el difícil arte de combinar las tres disciplinas. ¿Cómo te iniciaste en el triatlón? ¿Por qué elegiste correr un IronMan? Llevo un año y medio practicando triatlón, mi primera carrera la hice a principios de marzo de 2008. Todo comenzó casi de casualidad, gracias a mi tío que es un deportista de pies a cabeza y cuando él vino a pasar unos días a mi casa, pensé en darle el gusto de acompañarlo a correr a la mañana como forma de evitar sus acostumbradas pláticas sobre los beneficios de la actividad física. Sin darme cuenta, corrí siete mañanas seguidas, primero hice mil metros pero tres meses después ya corría pruebas de atletismo de calle de cinco kilómetros y al año ya participaba en diez kilómetros. Si bien nunca corrí un maratón, terminé los veintiún kilómetros en 1h45m y así me animé a mi primer triatlón de distancia IronMan 70.3, fue en Cancún que tuvo casi tres kilómetros más en el pedestrismo pero lo terminé en seis horas y quince minutos, siempre veía carreras combinadas por televisión y admiraba a los triatletas, quería formar parte de ese mundo, poco tiempo después completé un sprint junto a mis amigos Sergio; Arturo e Hiram. ¿Qué opinás de la difusión del triatlón en México? Los medios de comunicación juegan un papel importantísimo, yo mismo empecé atraído por las carreras que veía por televisión pero el tema de los gastos a veces hace que la gente se incline por otras actividades menos costosas como el atletismo de calle, mi deporte de base, es una disciplina muchísimo más económica y no demanda tanto tiempo de trasladarse a una piscina o una carretera para pedalear, ni bien uno se calza las zapatillas comienza a correr. Así empecé, corriendo en el parque Viveros de Coyoacán, ubicado a diez minutos de mi casa. ¿Cómo entrenás para tu debut en el IronMan? Me entreno yo mismo, no tengo entrenador, me compré libros de entrenamiento para atletismo y ciclismo pero en la natación me prepara Juan, un profesor que da clases en el club al que asisto en los Viveros de Coyoacán cerca del bosque de Tlalpan, un lugar ideal para correr con circuito de seis kilómetros que tienen subidas muy pronunciadas. Además tengo un plan alimenticio que me lo armó una nutricionista, la licenciada Rosa María Cristo. Mi rutina semanal se compone cinco sesiones de natación, tres de ciclismo, dos de ellas de spinning durante los días laborables y un fondo largo los domingos, más cuatro de pedestrismo. Tengo un día de descanso, generalmente los lunes, nunca omito las sensaciones ya que siempre escucho a mi cuerpo. ¿Cómo combinás el entrenamiento con el trabajo y las obligaciones cotidianas? Es bastante complicado pero trato de establecerme prioridades, justo cuando me inicié en el triatlón también comencé con un proyecto laboral junto a mi amiga Dafne Galindo, con quien lanzamos una empresa de conservas con la que producimos y distribuimos mermeladas gourmet de calidad Premium que son una buena fuente de energía para mis desayunos previos a entrenamientos largos o las competencias. Tengo veinticuatro años, creo que es una buena edad para arrancar un proyecto de trabajo y meterme en el planeta IronMan, me gustan los desafíos, no tanto para vencer a un rival sino como una competencia conmigo mismo, intentar superarme cada día más. Un entrenador es fundamental para planificar la rutina y distribuir las cargas pero también juega un rol clave en la faz psicológica, ¿cómo manejás ese aspecto en tu preparación para el IronMan donde el factor mental resulta decisivo? En primer lugar tengo una tremenda motivación, mis ganas son increíbles y cuento con un apoyo incondicional de parte de mi familia, mis padres Jaime y Tere, más mi hermana Lenina que tiene veinte años y ya se preparara para su primer triatlón sprint. Ellos me ayudan en mi objetivo de terminar el IronMan, hasta mi perro Luger, un pastor alemán de seis años que me sigue cuando salgo a correr a la noche. Quiero completar el IronMan Cozumel en no más de trece horas, creo que puedo hacerlo sin caminar en el maratón y disfrutándolo en cada etapa. ¿Qué recomendás a quienes se preparan para su primer IronMan? Paciencia, constancia, orden, disciplina, tener alguna meta y no necesariamente de tiempo, no confiarse, estar totalmente convencidos de lo que quieren hacer y el por qué y sobre todo, disfrutar de este deporte que además me da la posibilidad de ayudar a la sociedad, quiero hacer algo más allá de lo personal y estoy pensando en montar una pequeña fundación o colaborar con alguna institución con el IronMan Cozumel como eje de algo solidario. Estoy en marcha con algunas gestiones con compañías que podría patrocinar alguna sociedad que luche contra el cáncer. |